Tolosaldea estrena su nueva hospitalización a domicilio
Cinco profesionales atienden a los enfermos en sus propios hogares. Es una de las plasmaciones del acuerdo entre Osakidetza y la clínica Asunción
Desde el pasado mes de febrero, Tolosaldea cuenta con un servicio de hospitalización a domicilio puesto en marcha por la Clínica de la Asunción, a través de su concierto con el departamento de Sanidad y Consumo. Un equipo de cinco profesionales sanitarios, tres enfermeras y dos médicos, se recorren cada día las carreteras de la comarca, para atender a los pacientes que requieren de sus cuidados.
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Preparando el historial antes de salir de 'ruta'. :: KLISK |
Hay cosas que no se aprenden en la carrera, pero que en según qué profesiones y situaciones son indispensables. En el caso de la hospitalización a domicilio (HaD en su nombre técnico), la empatía, la cercanía, la mano izquierda y, sobre todo, mucha, mucha humanidad. Todo ello es vital para sobrellevar el día a día de una unidad que se mete cada jornada en casa ajena para ofrecer a los pacientes los mismos cuidados que recibirían en el propio hospital, y que debe enfrentarse muchas veces a la cara más amarga de la enfermedad. Afortunadamente, estas cualidades sobran al equipo de HaD de la Clínica de la Asunción, como bien pudo comprobar este periódico durante la mañana en la que acompañó a la unidad en sus rutas por Tolosaldea.
Los cuidadores
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Cercanía. Los profesionales médicos atienden al enfermo en su propio domicilio. :: KLISK
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El día de la unidad de HaD comienza a las ocho. En función del estado y necesidades de los pacientes ingresados, se reparten las visitas y diseña el planning del día. «Nos guiamos por la sintomatología», explica Juanjo Mugica, jefe del servicio, «y sobre la base de ello, preparamos todo lo necesario para atender a cada paciente». Cada día visitan a una media de quince pacientes. La frecuencia de visitas a cada enfermo se realiza en función de sus necesidades y estado. Hay algunos, mayoritariamente los paliativos, que necesitan medicamentos para aliviar el dolor y reciben dos e incluso tres visitas diarias.
Los pacientes están atendidos los 365 días del año y en cualquier momento que lo necesiten pueden contactar con el servicio, que está disponible de 8.00 a 20.00 horas, a través del teléfono de la unidad. A partir de las 20.00 horas, es el 112 quien se ocupa de las posibles urgencias de estos pacientes, en coordinación con la HaD. «Todos los días enviamos a emergencias de Osakidetza la lista de nuestros pacientes, indicando el tratamiento que están recibiendo. Si tienen algún problema a partir de las 20.00 horas, los pacientes tienen que llamar a emergencias, indicando que son de HaD. Así, este servicio puede acceder a toda su información y mandar la ambulancia preparada específicamente para sus necesidades», explica el doctor Mugica.
La figura del 'cuidador' es de vital importancia en la hospitalización a domicilio. Sin ella, de hecho, no se permite que ningún paciente entre en este programa. «No podemos dejar a una persona que está bajo cuidados hospitalarios sola en su domicilio. Siempre tiene que estar un cuidador que siga nuestras indicaciones», afirma Mugica. Durante el día que pasamos con el equipo de HaD, Mugica no se cansa de ensalzar la figura de esos 'cuidadores', mujeres en su gran mayoría, que acaban aprendiendo casi de memoria la medicación que debe tomar su hijo, marido, padre o madre, y que adquiere un manejo de los cuidados de enfermería digno de cualquier profesional.
'Guardia' en el colegio
Una de las pacientes del programa, una vecina de Andoain, aquejada de una grave enfermedad crónica digestiva desde hace más de 20 años, cuenta que su hijo de apenas 13 es como un pequeño enfermero para ella. No en vano, el chaval está encantado de tenerla en casa, después de haberse pasado la mitad de su infancia echando de menos a su madre durante las largas estancias hospitalarias que ha sufrido a causa de su dolencia. «Hasta ha pedido permiso al profesor para irse de clase si me pasa cualquier cosa para poder venir a cuidarme», nos dice admirada. La suegra madrileña de esta andoaindarra, que ha venido a pasar una temporada para echar una mano, cuenta que se sorprendió cuando supo de la existencia de este servicio, ya que en Madrid nunca había oído hablar de él. «Psicológicamente ayuda mucho estar en casa. Sólo hay que ver que en ocho días que lleva aquí, se le ha cambiado la cara», asegura.
En el mismo Andoain está también Javier -nombre ficticio-, que a pesar de la enorme herida abierta que tiene a consecuencia de una bacteria que engangrenó gran parte de su tronco inferior, recibe a la enfermera del servicio con una sonrisa de oreja a oreja y con todo el sentido del humor que su situación le permite. Aunque reconoce que al principio, con el «susto» todavía en el cuerpo de su infección y todo lo que vino después, le daba cierto reparo salir del hospital, ahora está encantado de poder recibir la hospitalización a domicilio, no sólo porque se siente atendido y seguro, sino porque esto le permite cosas como darse pequeños paseos por la calle.
Otra de las ventajas de la HaD es poder disfrutar de las artes culinarias de las que hacen gala muchas 'cuidadoras', como otra vecina de Andoain que se encarga de que a su marido, recién operado de un cáncer de recto, no le falte de nada. Tanto es así que el hombre, en las pocas semanas que han pasado desde que abandonó el hospital, ha ganado peso y, a pesar de su estado convaleciente, luce un aspecto estupendo.
En Alegia también está en este programa una pareja de ancianos que viven solos en una preciosa e impoluta casa, que puede presumir de tener un suelo de madera de más de 200 años, tan limpio y encerado que uno casi puede reflejarse en él. La mujer suele charlar con el equipo de HaD mientras el enfermero realiza la cura de rigor a su marido, que tiene una herida abierta en el abdomen tras una operación digestiva. «Te voy a traer una cubanita para que te alegre un poco», le suele decir entre risas a su esposo, que aguanta estoicamente las inyecciones.
Esta pareja de ancianos también está encantada con la HaD por el «servicio eficaz» y la «calidad humana» del equipo.
Otra de las visitas de la ruta de la HaD lleva a un caserío, cerca de Izaskun. Allí, el equipo sanitario recibe las gracias de forma muy peculiar, con lechugas recién cortadas, cebollas frescas e incluso nueces. Es la HaD, nueva unidad asistencial.
Cuarenta pacientes en febrero y marzo.
La hospitalización a domicilio está pensada para aquellos pacientes que, aunque no requieren de toda una infraestructura hospitalaria que les obligue a permanecer ingresados en el propio hospital, sí necesitan de una serie de cuidados para los que no bastan los servicios de atención primaria. Se estima que más de 300 pacientes de Tolosaldea podrán beneficiarse anualmente de los servicios de esta nueva unidad asistencial y que, a través de este servicio, se podrán evitar más de 9.000 estancias hospitalarias en pacientes de Tolosaldea. Desde el inicio de su actividad, en febrero, la unidad de HaD de la Clínica de la Asunción ha atendido a 40 pacientes y el tiempo medio de estancia en la unidad ha sido de 9 días.
HELBIDE HAUETAN ARGITARATUA: