En los últimos años jefes y supervisores nos bombardean en las unidades de hospitalización para incrementar a toda costa los índices de “satisfacción del paciente”, medidos con encuestas elaboradas específicamente para ello. Sin embargo, cada día les importan menos los resultados de calidad asistencial, que en muchas ocasiones están directamente relacionados con la carga de trabajo y el número de pacientes asignado por profesional.
Como vemos en el siguiente artículo, en la sanidad norteamericana, para conseguir mayores asignaciones económicas para los hospitales, desde hace años se forma y se presiona a los trabajadores para lograr incrementar estos indicadores, precisamente los que menos relación tienen con la calidad asistencial.