(Hoy traemos a este blog un artículo que a pesar de haber sido publicado hace unos meses, sigue manteniendo su actualidad)
Corren malos tiempos para un sistema sanitario público que, las autoridades de otros países, contemplan con envidia y toman como referencia para sus propuestas de reformas. La sanidad catalana -y la española- destacan en calidad asistencial, eficiencia en la gestión e investigación científica. Su capacidad de gestión traducida en uno de los menores costes por persona y año de los sistemas europeos y de investigación científica la han convertido en una apetitosa pieza para quien busca negocio.
Frente a los intereses corporativos que intentan devorarla y frente a los políticos que no han sabido o no han querido defenderla, ciudadanos y profesionales han ido generando plataformas desde las que hacer oír su voz e intentar parar su desmantelamiento. En este contexto surgió Dempeus per la sanitad pública –En pie por la sanidad pública-. Toni Barbará es uno de sus responsables. Aunque en su carnet profesional consta médico de profesión habría que añadirle, de primer apellido, activista por los derechos humanos.
Corren malos tiempos para un sistema sanitario público que, las autoridades de otros países, contemplan con envidia y toman como referencia para sus propuestas de reformas. La sanidad catalana -y la española- destacan en calidad asistencial, eficiencia en la gestión e investigación científica. Su capacidad de gestión traducida en uno de los menores costes por persona y año de los sistemas europeos y de investigación científica la han convertido en una apetitosa pieza para quien busca negocio.