RECORTES EN GALICIA
Así maquilla la Xunta de Feijóo las listas de espera de la sanidad gallega
El jefe de Oftalmología del hospital de Pontevedra dimite de su cargo tras meses denunciando la depauperación de su servicio y los métodos del Servicio Galego de Saúde para camuflar el número de enfermos y derivar pacientes a hospitales privados.
Feijóo en un quirófano del Hospital Álvaro Cunqueiro. |
El método es sencillo: a un paciente se le diagnostican cataratas y el oftalmólogo le dice que para curarlas tiene que operarse. Pero en vez de incluirlo de inmediato en las listas de espera quirúrgica, la administración hospitalaria lo deriva a otra consulta posterior con otro especialista. La cita puede ser para dentro de un año, o más, pero el enfermo no figurará en las listas de espera para cirugía oftalmológica, las más largas de la sanidad gallega. Y así, la Xunta puede presumir de que los plazos de atención siguen siendo razonables y el conselleiro de Sanidade de turno, en este caso el ex alcalde de Baiona Jesús Vázquez Almuíña, miembro del Gobierno de Alberto Núñez Feijóo desde el 2015, loar las bondades de su gestión y presumir ante la oposición de que con menos dinero lo hace más y mejor que sus antecesores.
El método quizá sea sencillo, pero supone jugar con la salud y con la calidad de vida de las personas para obtener ventajas políticas. Y los médicos de ese hospital llevan años denunciando que la situación es muy grave, advirtiendo de que se trata de un problema político y de administración de recursos y proponiendo a los responsables políticos del Servicio Galego de Saúde (Sergas) soluciones a su alcance para poder operar cuanto antes a sus pacientes, aun a costa de hacerlo a base de peonadas, para evitar que se deriven pacientes a hospitales privados. La respuesta de la Xunta es el silencio, y algunos de esos galenos, sencillamente, ya no pueden más.
Le ha sucedido al jefe del Sericio de Oftalmología del Complejo Hospitalario de Pontevedra (CHOP), el doctor Pedro Corsino Fernández Vila, quien presentó su dimisión hace diez días con un duro escrito al que ha tenido acceso Público, en el que describe el grave deterioro de la situación en su departamento. “Yo me veo incapaz de dirigir y liderar (va a exigir altas cualidades morales) este proyecto”, afirma. Fernández Vila ha anunciado a sus colaboradores que, además, deja la sanidad pública y se pasa a la privada.
El desencanto tiene su origen hace más de un año , cuando empezó a dirigirse a la gerencia del hospital de forma verbal y por carta para denunciar que las listas de espera quirúrgica que la Xunta presentaba triunfalmente no se adecuaban a la realidad ni mucho menos a la percepción social de las mismas. En una misiva enviada el 25 de abril del 2017 a la que también ha accedido Público, Fernández Vila explicaba así el truco de las citas consecutivas antes de la inclusión en las listas de cirugía, así como las consecuencias sobre los enfermos: “El tiempo medio de espera en cirugía de cataratas en el CHOP es, según el cuadro de mandos, de aproximadamente 30 días (...) Sin embargo, esas cifras contrastan vívidamente con las percibidas por el paciente y su familia, ya que una vez que el paciente ha sido diagnosticado de cataratas (...) ha de esperar un largo tiempo, que a algunos de ellos, por su nivel de visión y progresión, se les hace eterno”.
Las cataratas provocan una notable disminución de la capacidad visual y, dado que privan al enfermo de la posibilidad de realizar numerosas tareas cotidianas, suponen también un notable deterioro de su calidad de vida. La cirugía devuelve la visión o la mejora en un 90% de los casos, y la mayoría de expertos son partidarios de operar cuanto antes, por esas razones y también porque el progresivo daño en el cristalino del ojo puede provocar que las intervenciones en estadíos más avanzados resulten más difíciles y con postoperatarios más complicados.
A los pacientes del CHO, la incertidumbre desde que el médico se las diagnostica hasta que el hospital les opera les podía durar más de un año. Porque según aseguraba Fernández Vila en su carta del 25 de abril del año pasado, la deriva a una nueva consulta multiplicaba por más de diez el plazo del que presume el Sergas: “Las [segundas] citas se están dando para el verano del 2018”. “Las consultas de catarata en el hospital, por su carácter de citas consecutivas, no salen aparentemente en letras y números rojos en los cuadernos del cuadro de mandos”, añadía el galeno. “Pero las cifras y sus consecuencias sociales siguen estando ahí presentes, vivas y produciendo un zumbido sordo, pero de alta frecuencia, que aturde nuestros oídos y cerebros”, subrayaba.
Fernández Vila llevaba años alertando de graves problemas en su servicio, como la creciente ausencia de anestesistas en los quirófanos, que impedían hacer operaciones de cirugía mayor al ritmo que exigía la llegada de pacientes. O la exagerada deriva de pacientes al Hospital Miguel Domínguez de Pontevedra, propiedad del grupo privado Quirón, al que llegaron a derivarse entre 600 y 700 operaciones al año. El médico también proponía soluciones, como la realización de peonadas para hacer cirugías extraordinarias por las tardes –los recortes de Feijóo acabaron con ellas, pues el Sergas debe abonarlas aparte al personal sanitario-, o si la Xunta lo consideraba más rentable, la contratación de un oftalmólogo para sacarlas adelante.
Nadie le hizo caso. “La respuesta fue el silencio”, afirma el médico, que en diciembre pasado volvió a exponer el problema a la gerencia del centro advirtiendo de que si no se presentaba una solución de manera inmediata, dimitiría. La propuesta que le hizo el Sergas, a su juicio, era de imposible cumplimiento, pues pasaba por hacer más intervenciones sin contar con más medios ni con más oftalmólogos. Otro truco. Así que dimitió, porque no veía otra solución. “Aunque... Puedo no estar en lo cierto y sí puede haber una solución”, admite en su misiva. “Derivar a los pacientes a la medicina privada. Pero ahí no estoy dispuesto a llegar, al considerar que no se estaría haciendo una buena administración de los recursos públicos”.
Público no ha podido obtener la versión del Sergas sobre la dimisión de Fernández Vila ni sobre el modelo de elaboración de las listas de espera oftalmológica. Pero la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) asegura que su denuncia pone de manifiesto “que las listas de espera de la Xunta se maquillan para satisfacer criterios políticos”, tal y como apuntan sus responsables en Galicia. Los portavoces de la Asociación Batas Blancas también relacionan la dimisión del oftalmólogo con “las presiones políticas que sufren los jefes de servicio de los hospitales gallegos”, y recuerdan que varios de ellos han sido purgados y apartados de sus cargos, sustituidos por otros médicos afines al poder mediante oposiciones amañadas anuladas posteriormente por los tribunales.
Noticias relacionadas
Noticias relacionadas
Una vez mas aparece en los medios de comunicación, a pesar de la habitual censura practicada “de modu propio” o por parte de las presiones multiforma de las consejerías de sanidad, lo que es “ vox populi” en nuestras calles y corrillos : esas listas de espera que cada cierto tiempo nos publicitan nuestros responsables sanitarios, no son más que eso, publirreportajes, de lo bien que lo hacen, a pesar de existir un sentimiento generalizado de que las cosas no son como nos la pintan, por experiencia y vivencia propia o de nuestros entornos cercanos y fiables.
ResponderEliminarY como se puede leer, esta afirmación no la realizan miembros de la extrema izquierda gallega o desgarramantas en un dia de pincho pote en la barra de un bar sino que son :
ResponderEliminarEl jefe de Oftalmología del hospital de Pontevedra dimite de su cargo tras meses denunciando la depauperación de su servicio y los métodos del Servicio Galego de Saúde para camuflar el número de enfermos y derivar pacientes a hospitales privados.
Pero la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) asegura que su denuncia pone de manifiesto “que las listas de espera de la Xunta se maquillan para satisfacer criterios políticos”, tal y como apuntan sus responsables en Galicia.
“El método que utilizan en Galicia es sencillo: a un paciente se le diagnostican cataratas y el oftalmólogo le dice que para curarlas tiene que operarse. Pero en vez de incluirlo de inmediato en las listas de espera quirúrgica, la administración hospitalaria lo deriva a otra consulta posterior con otro especialista. La cita puede ser para dentro de un año, o más, pero el enfermo no figurará en las listas de espera para cirugía oftalmológica, las más largas de la sanidad gallega”.
ResponderEliminarPero hay mas métodos.
Por ejemplo en la clínica de la Asunción utilizan también otros métodos, y ahora con la problemática de la falta de traumatólogos todavía tienen que ingeniárselas más. Y así a pesar de que en vez de tener los 6.5 traumatólogos que deberían de tener para atender dignamente a los 65.000 habitantes que tiene la comarca, ya que tienen solo 1.5, sus listas de espera, según dicen los responsables de la OSI y de la provincia , son mejores que las de las OSIs que disponen de los 6.5 traumatólogos que les corresponden.
Y ¿cómo hacen el milagro? Se preguntará más de uno, pues aquí les damos unas ideas de los entramados y milagros de las listas de espera de la clínica de la Asunción.
A finales del año pasado la excusa que venían dando era que como finalizaba el año , todavía no tenían las agendas del año 2018 y entonces no les daban fecha para la cita, que dejasen el volante y que ellos les llamarían cuando tuviesen un hueco.
La excusa les valió hasta finales de año pero no podían continuar con ella una vez comenzado el año 18 y lo que comenzaron a decir era que solo tenían abierta las agendas de enero y febrero y que siguiesen dejando el número de teléfono que ellos ya les llamarían.
De esta forma los volantes y las espera quedaban en el limbo de los justos . Si el paciente era tranquilo y no demandante la espera se prolongaba y se prolongaba hasta que finalmente se le atendía al cabo de varios meses.
Si el paciente se ponía nervioso y al cabo de un tiempo de espera iba a protestar por la tardanza de la consulta , los trabajadores de recepción le daban el teléfono del director médico que según viese como estaba el panorama y las posibles complicaciones que les pudiese acarrear movilizaba lo que hiciese falta y le conseguía una consulta con un médico, que lo habitual era que no fuese el traumatólogo que con anterioridad le había visto y que además en la mayoría de las ocasiones no tenía la titulación de traumatólogo, pero que aliviaba en parte la ansiedad que ya comenzaba a presentar el paciente y “no llegaba la sangre al rio “, solicitando una prueba complementaria que posibilitaba el que durante otro par de meses no hiciese falta que le viese “un especialista de verdad “.
También me han contado a mí que utilizan otra técnica más por lo menos, en la clínica de la Asunción.
ResponderEliminarEl paciente va con su volante y le dan una cita que no sea muy lejana para que no se mosquee mucho y este se va a su casa pensando que ha tenido suerte pues su vecino, amigo o familiar lleva mucho más tiempo que él esperando para que le vea un traumatólogo.
Pero la jugada se la hacen al cabo de unas semanas en las que se va acercando la fecha de la cita y le vuelven a llamar poniendo cualquier excusa y le vuelven a dar otra cita para una fecha posterior a la que le habían dado con anterioridad.
Si el paciente es tranquilo y acepta la nueva espera sigue pasando el tiempo, si se enfada y reclama entonces le proporcionan el teléfono del nuevo y flamante director médico que le inventa una nueva excusa o que si ve que el paciente les puede ser conflictivo le proporciona una cita con otro” traumatólogo” , que contemporizará la situación poniendo un tratamiento o solicitando una prueba radiológica que a muchos les tranquiliza mucho.
Lo cierto es que la mayoría de las consultas y también bastante de las intervenciones, las están realizando los dos médicos generales adscritos a servicio que trabajan en el servicio de traumatología de la clínica de la Asunción.
ResponderEliminarTanto los responsables de la consejería de sanidad como los responsables de la clínica de la Asunción han dicho y repetido que este tipo de profesionales ya no hacían consultas y tampoco hacían trabajo quirúrgico más que de ayudante, pero en el momento actual, en el que se han sentido mas necesitados por que el 75% de la plantilla de traumatología no está trabajando por que ha abandonado la clíinico o por que está de baja, la gran mayoría de las consultas las están realizando ellos con agotadoras jornadas de hasta 12 horas seguidas, moderno exclavismo, que hace que finalmente caigan enfermos y no puedan realizar sus trabajos, empeorando todavía más la desastrosa situación .
Y los responsables sanitarios de la comarca y la provincia hablándonos de las buenas listas de espera de la comarca y del sexo de los angeles.
Lo que tiene coña es que a la hora de confeccionar las listas de espera de la clínica de la Asunción, son los “listos “ de la clínica los que les dan los datos a los “listos de la consejería”.
ResponderEliminar¿ Que resultados darán las listas de espera de la clínica en la que ellos son los que proporcionan los datos? .
Los que nos dan . De las mejores comarcas de la CAV.
En esta artículo se puede comprobar que hay maniobras de todo tipo para hacer que las listas de espera bajen sin que esto suponga una mejor calidad de la atención que se está dando.
ResponderEliminarMas claro todavía , las listas de espera no son un indicador fiable de la calidad de atención que se está dando , por lo que dejen de utilizarlo como la prueba del algodón de una buena atención .
“Demencial” maniobra del Gobierno Feijoó para reducir las listas de espera sanitarias
El SERGAS ‘elimina’ en varios hospitales las primeras citas con especialistas y las limita a una simple consulta electrónica. Los facultativos califican estas prácticas de “grave atentado contra el ejercicio de la medicina y los derechos del paciente”.
“Sólo faltaría ahora que la siguiente ocurrencia fuese enviar un holograma del paciente”, denuncia el sindicato médico CESM ante una práctica que lleva imponiéndose bajo el Gobierno de Alberto Núñez Feijoo desde hace un año en varios hospitales de la sanidad pública gallega.
El último caso conocido nos lleva al Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña, donde la dirección ha enviado una circular a los médicos de atención primaria en la que se les indica que, a partir del 1 de febrero de 2018, “para acceder a la primera consulta de endocrinología, se realizará únicamente mediante consulta electrónica, donde no es posible asistir a la cita”.
Los servicios de endocrinología y cardiología son los más afectados, pero también otras especialidades y la fórmula ya se está llevando a cabo, además de en A Coruña, en Ferrol, Santiago y Vigo. Se trata de anular la posibilidad de enviar al paciente, aunque su médico de cabecera lo crea necesario, a ser revisado por el especialista. Y se hace además en la primera cita, cuando el médico no ha visto jamás a ese paciente, “hurtándole así la posibilidad de explorarlo físicamente para llegar a un mejor diagnóstico y pronóstico, reduciendo a una persona a meras cifras en un papel”, denuncia el sindicato.
“Semejante actuación -a juicio del colectivo-, supone un grave atentado contra el ejercicio de la medicina y los derechos del paciente”, cuya finalidad, afirman, “solo puede ser presentar unas manipuladas estadísticas de asistencia sanitaria y de listas de espera que sirvan para su mayor gloria despreciando los más elementales conceptos de ética y respeto hacia los pacientes, en primer lugar, y los facultativos en segundo término”.
http://www.nuevatribuna.es/articulo/sanidad/demencial-maniobra-gobierno-feijoo-reducir-listas-espera-sanitarias/20180212192346148485.html