El copago es solo el principio
Cuando escuchamos a los políticos hablar de copago, lo hacemos atónitos viendo cómo se tiran el concepto a la cabeza los unos a los otros, escuchando el silbido al pasar de sus acusaciones mutuas. Pero de tal batalla, lo único que le queda al ciudadano, además de temor por el futuro de su dinero, es RUIDO, un ruido mediático de proporciones formidables. La magnitud de ese RUIDO es tal, que nos impide escuchar el verdadero ruido que produce el motor de extracción de riqueza y bienestar que nos tiene colocado la clase política en las mismísimas ganas de vivir.
Mientras tanto, en una labor de zapa casi delictiva, la prensa del totalitarismo bipartidista camufla los auténticos copagos a los que somos forzados los ciudadanos. La forma más habitual de camuflar un copago es, simple y llanamente, cambiándole el nombre, ¿quién no ha oído hablar alguna vez de “ayudas al sector”, otras veces de “rescate bancario”, y otras de “nacionalización”? ¿Qué son todas estas operaciones, independientemente de su nombre, sino copagos de los déficit privados? En cualquiera de sus formas el objetivo es idéntico: el trasvase de riqueza pública a manos privadas; y el dinero siempre realiza ese recorrido sin billete de vuelta. Es la magia de la libertad asimétrica de esta economía de falso libre mercado.
Además del camuflaje mediante cambio de nombre, hay una técnica más sibilina y torticera a la que recurren los medios para embutir en el cerebro del ciudadano las supuestas bondades de la privatización. Cuando mediante un informe de “expertos” se muestra a la ciudadanía la pretendida urgencia de la intervención del capital privado en los sectores públicos, basándose exclusivamente en su mala gestión, estamos asistiendo a la utilización de esta perversa técnica difamatoria, alarmista y malintencionada.
En el diario económico Expansión, podemos leer una supuesta noticia cuyo titular es: “Los expertos alertan de la mala gestión de la educación y la sanidad” [1]. La presunta noticia contiene datos de un informe elaborado por PWC (PricewaterhouseCoopers) y The Conference Board sobre Crecimiento Económico y Recuperación en España. “El estudio” dice la noticia, ha sido “presentado ayer ante un grupo de representantes de las principales empresas españolas que integran el Consejo Español de The Conference Board ”, es decir que el informe ha sido presentado ante… los mismos que elaboraron el informe (?). Aunque en el artículo se habla de otras muchas cosas además de la gestión de los sectores de infraestructuras, educación y sanidad, el titular pretende crear alarma en el ciudadano, reclamando así su atención y llevándole a la conclusión de que la única alternativa posible ante la mala gestión pública[2], es la “colaboración público-privada”, el eufemismo elegido para referirse, en el mismo orden, al reparto de pérdidas-ganancias. El ciudadano que no esté acostumbrado a pensar elegirá susto antes que muerte, porque no sabe que la opción real es, simplemente, mejorar la gestión pública de estos sectores, lo que sin duda es factible.
Cabe plantearse pues, si las Administraciones Públicas que tan mal gestionan la educación y la sanidad, representan intereses distintos a los que dimanan del voto ciudadano, y “malgestionan” pensando más bien en intereses privados no muy honestos. Esto me lleva a pensar en una correspondencia directamente proporcional entre la mala gestión de la sanidad y esos intereses privados deshonestos.
Puede que solo sean impresiones mías, pero creo que el copago en sanidad es solo la antesala de la más salvaje e inhumana privatización a la que tendremos que enfrentarnos en quizás no mucho tiempo.
Notas:
[1] http://www.expansion.com/2011/ 05/09/economia/1304976665.html
[2] http:// plataformasanidadpublicamostol es.blogspot.com/2011/05/ manifestacion-de-cibeles-sol- el-5-de.html
Blog del autor: http:// impresionesmias.com/2011/05/ 12/el-copago-es-solo-el- principio/
Mientras tanto, en una labor de zapa casi delictiva, la prensa del totalitarismo bipartidista camufla los auténticos copagos a los que somos forzados los ciudadanos. La forma más habitual de camuflar un copago es, simple y llanamente, cambiándole el nombre, ¿quién no ha oído hablar alguna vez de “ayudas al sector”, otras veces de “rescate bancario”, y otras de “nacionalización”? ¿Qué son todas estas operaciones, independientemente de su nombre, sino copagos de los déficit privados? En cualquiera de sus formas el objetivo es idéntico: el trasvase de riqueza pública a manos privadas; y el dinero siempre realiza ese recorrido sin billete de vuelta. Es la magia de la libertad asimétrica de esta economía de falso libre mercado.
Además del camuflaje mediante cambio de nombre, hay una técnica más sibilina y torticera a la que recurren los medios para embutir en el cerebro del ciudadano las supuestas bondades de la privatización. Cuando mediante un informe de “expertos” se muestra a la ciudadanía la pretendida urgencia de la intervención del capital privado en los sectores públicos, basándose exclusivamente en su mala gestión, estamos asistiendo a la utilización de esta perversa técnica difamatoria, alarmista y malintencionada.
En el diario económico Expansión, podemos leer una supuesta noticia cuyo titular es: “Los expertos alertan de la mala gestión de la educación y la sanidad” [1]. La presunta noticia contiene datos de un informe elaborado por PWC (PricewaterhouseCoopers) y The Conference Board sobre Crecimiento Económico y Recuperación en España. “El estudio” dice la noticia, ha sido “presentado ayer ante un grupo de representantes de las principales empresas españolas que integran el Consejo Español de The Conference Board ”, es decir que el informe ha sido presentado ante… los mismos que elaboraron el informe (?). Aunque en el artículo se habla de otras muchas cosas además de la gestión de los sectores de infraestructuras, educación y sanidad, el titular pretende crear alarma en el ciudadano, reclamando así su atención y llevándole a la conclusión de que la única alternativa posible ante la mala gestión pública[2], es la “colaboración público-privada”, el eufemismo elegido para referirse, en el mismo orden, al reparto de pérdidas-ganancias. El ciudadano que no esté acostumbrado a pensar elegirá susto antes que muerte, porque no sabe que la opción real es, simplemente, mejorar la gestión pública de estos sectores, lo que sin duda es factible.
Cabe plantearse pues, si las Administraciones Públicas que tan mal gestionan la educación y la sanidad, representan intereses distintos a los que dimanan del voto ciudadano, y “malgestionan” pensando más bien en intereses privados no muy honestos. Esto me lleva a pensar en una correspondencia directamente proporcional entre la mala gestión de la sanidad y esos intereses privados deshonestos.
Puede que solo sean impresiones mías, pero creo que el copago en sanidad es solo la antesala de la más salvaje e inhumana privatización a la que tendremos que enfrentarnos en quizás no mucho tiempo.
Notas:
[1] http://www.expansion.com/2011/
[2] http://
Blog del autor: http://
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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