El 'annus horribilis' de Darpón

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Jon Darpón, consejero de Salud del Gobierno vasco 

• La crisis en Emergencias complica la situación del consejero, cuestionado por la gestión de las irregularidades de la OPE y denuncias de acoso

La dimisión esta semana del director de Emergencias de Osakidetza, y de la directora de Personal, María Jesús Estefanía, abre una crisis sin precedentes en el departamento de Salud, que dirige Jon Darpón, y pone la guinda a una concatenación de irregularidades que amenazan con complicar aún más el último tramo de la legislatura para el consejero.

Darpón está viviendo, sin duda, su annus horribilis. Cuestionado de manera constante por la oposición en el Parlamento Vasco y criticado con dureza por los sindicatos, su gestión al frente de la mayor empresa pública de Euskadi -Osakidetza emplea a más de 26.000 trabajadores- está continuamente en entredicho.

La última polémica por la reorganización del servicio de Emergencias, que ha provocado las dimisiones de Unanue y Estefanía, no es más que la punta del iceberg bajo la cual los sindicatos ven una gestión que se caracteriza por la «falta de transparencia» y la «opacidad», dicen, y ya se preparan para dar la batalla en la calle a su pretensión de cerrar centros de Emergencias en Álava y Gipuzkoa y «precarizar» los servicios públicos. Aunque Sanidad asegura que todavía no tiene tomada una decisión sobre el cierre de centros.

Darpón deberá enfrentarse a la crisis en el Servicio de Emergencias cuando no ha conseguido cerrar el asunto que sin duda supondrá una de las mayores manchas en la gestión del consejero al frente del Departamento de Salud, y esta es su segunda legislatura: las irregularidades en la OPE de Osakidetza y la filtración de exámenes, que penden sobre el consejero como una espada de Damocles desde que saltaran a la luz antes del pasado verano, y que puede acabar en comisión de investigación en el Parlamento Vasco si EH Bildu, Elkarrekin Podemos y el PP se pusieran de acuerdo -otra cosa es que lo hagan-. Eso sin contar con que la Fiscalía tiene en su poder toda la información para determinar si se abre un proceso judicial sobre el tema.

Con comisión de investigación o sin ella, la oposición en bloque exige responsabilidades al consejero y acusan al departamento de pretender cerrar la cuestión en falso, sin dar garantía a los opositores de que se respetará la igualdad de oportunidades y que las plazas de algunas categorías no estaban dadas de antemano.

El 12 de noviembre el consejero comparecerá en comisión para explicar las medidas que tomará el departamento para que las irregularidades no vuelvan a producirse. Pero muy drásticas tendrán que ser esas medidas para que la sombra de irregularidades no pese sobre las convocatorias futuras y satisfagan a los grupos de la oposición y también a los sindicatos.

Si las explicaciones dadas por el consejero sobre las irregularidades en la OPE no satisfacieron en ningún momento ni a partidos ni a sindicatos, tampoco lo hicieron las ofrecidas por la directora general de Osakidetza, María Jesús Múgica, muy cuestionada desde las centrales. La directora de Osakidetza está también implicada en otro caso por el que Darpón deberá dar explicaciones en el Parlamento a instancias de los grupos de oposición: la denuncia por parte de un grupo de funcionarios contra la directora de Salud Pública, Miren Dorronsoro, por «violencia psicosocial» en los últimos cinco años. Una situación, de la que al parecer tenía información de primera mano Múgica sin que hiciera nada por solventarlo.

En estos momentos está abierto un expediente de «valoración de riesgo psicosocial» de cuyo resultado puede depender en cierta medida el futuro de Miren Dorronsoro, en edad ya de jubilarse.

Pero mientras los problemas se acumulan en el departamento, Darpón mantiene su media sonrisa habitual consciente de que forma parte del núcleo de confianza del lehendakari Iñigo Urkullu y de que cuenta con su respaldo.

Nadie se sorprendió de que hace ahora dos años repitiera al frente de la consejería de Salud. Apostó por él entonces y le ha defendido contra viento y marea frente a las acusaciones de responsabilidad en las irregularidades.

Así mientras la oposición le presiona y le acosa en el Parlamento Vasco, el consejero mantiene una extensa agenda de inauguraciones en las que habitualmente acude acompañado por el lehendakari Urkullu.

Inauguraciones hospitalarias, muchas veces en varias fases, que llevan a estirar en el tiempo la apertura de un hospital, como ocurre ahora con el de Eibar y como ocurrió en su día con el de Urduliz en el que la apertura de cada área valía una inauguración al más alto nivel, mientras los sindicatos protestaban en la calle contra la externalización de servicios del hospital que suponía una privatización encubierta. Una medida que, por cierto, acabó en los tribunales que dieron la razón a la demanda de los trabajadores.

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